Alejandro Gonzalez | 7:17

Porque ateos y falsos creyentes desmienten a Cristo







El siguiente articulo lleva claridad al creyente sobre ¿el por qué? los ateos -si los hay-, los no creyentes, los falsos creyentes e hipócritas sienten la necesidad de desmentir la existencia de la persona de Cristo, del Jesucristo vivo (Jn 10:24) ante su sola mención, desde la mirada de Jesús mismo.

Un verdadero ¿por qué? su alma vive turbada al igual que aquellas personas que por celos, envidias u pleitos no pueden dejar de pensar en otra cosa por horas que en un mal suceso que les ocurrió ocupando su mente con maquinaciones de lo mas variadas no percatandose que la otra persona ya ni se acuerda de lo sucedido.

No obstante esta aclaración sobre como se siente un alma turbada Jesús nos ha enseñado a cada uno de sus discípulos a comprender con compasión a estas personas y al igual que nuestro Señor no podemos mas que quedarnos absortos de tanta incredulidad (Jn 10:25) pues si estos sujetos no creen en la Palabra deberían creer al testimonio de las obras -milagros- que ven a Jesucristo hacer en sus semejantes.

Cristo entiende y comprende esta actitud rebelde y díscola en contra de la verdad al explicar que estas personas no pertenecen a su redil, no viéndolos como lobos o demonios sino con la misericordia de un pastor de ovejas dispuesto a cuidar y curar las heridas de ellas cuando estas entren en su Iglesia (Jn 10:26).

Todos los que han tenido un verdadero encuentro con Cristo y se han convertido ya no piensan en volver a los rudimentos del mundo sino en porque no le conocieron antes, hasta hay quienes se preguntan ¿porque si fulano de tal conocía al Señor y era mi amigo no me predico?. Un misterio que solo los 'tiempos de Dios' saben la respuesta y el propósito que el Padre tiene para con cada uno de los cristianos que por medio de la transubstanciación con Cristo (Jn 6:35) somos hechos uno con él asegurándonos la vida eterna y el cuidado paternal de todas las necesidades por parte de Jehova Dios de igual forma que el Padre con El (Jn 10:30).



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