Alejandro Gonzalez | 22:03

Generosidad, Compañerismo se resumen en AMAR ¿Pero porque tanta división?

Para ser generoso tengo que saber dar,
para dar tengo que saber amar,
para amar tengo que saber cumplir,
para cumplir tengo que saber obedecer,
para obedecer tengo que saber amar.
Todo se resume en amor.
Trataremos de clarificarnos un poco mas esta idea expuesta en prosa por medio de preguntas, aunque creo que en esas seis frases se ha dejado todo en claro. en un principio y un fin que terminan en AMOR. No obstante ahondaremos un poco mas y veremos que hay mucho mas para dar y recibir.

Las primeras preguntas en hacernos son entonces ¿Que caracteriza a una iglesia generosa? ¿Acaso no se caracteriza porque los hermanos, comparten, charlan, se gozan y ríen y todo en perfecto orden, no utilizando malas costumbres, ni vanas palabras, ni lenguajes deshonestos o que no sean para edificación? 

Por lo tanto no debería ser una carga cumplir o ¿acaso si alguno de los hermanos le pide a otro que le alcance algo  o que le haga determinado favor, la otra persona no cumple con ese pedido? ¿y cumplir con ese pedido no es también obedecer? 

Por otra parte ¿si se acerca un hermano que sabemos que el Señor lo utiliza, o que esta en autoridad dentro de la congregación y nos pide que hagamos algo, no lo hacemos? ¿y eso no es obedecer? 

Pero para soportar todo esto hace falta amar, pues si no amamos solo lo que puede existir dentro de nosotros es rencor, envidias, maledicencia, bronca, odio, violencia, envidio, celos.

El apóstol Santiago nos dice: "... si tenemos celos amargos y rivalidad en vuestro corazón no os jactéis, ni mintáis contra la verdad. No es esto la sabiduría que desciende de lo alto, sino que es terrenal, animal, diabólica, pues donde hay celos y rivalidad, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz". (Santiago 3:14-18)

En fin cuando todo parecía tan simple, al comenzar a desmenuzar nos vamos dando cuenta que aun debemos trabajar mucho dentro de las congregaciones en las que estamos pues cuando comenzamos a escudriñar un poco mas de lo común no encontramos que esos sentimientos secesionistas están agazapados, listos para aflorar en el próximo temblor.  Las enseñanzas sociales nos han echo olvidar el enseñar a amar, a crucificar a nuestro yo, ha quitarle a las palabras el sentido mundano para entenderlas en Cristo, las cuales se resumen en ver con MISERICORDIA a los demás.
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