Alejandro Gonzalez | 21:08
Proverbios de Sanidad - La envidia es el cáncer de los huesos
El corazón apacible es vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos. (Proverbios. 14:30)
En el anterior estudio de 'Proverbios de Sanidad' analizamos los tipos de mensajeros, resaltamos además que solo es tenido por 'buen mensajero' y por tanto por portador de sanidad, solo aquel que se mantiene fiel a Dios e indicamos que esta sanidad se puede identificar por un sentimiento de paz interior en nuestras vidas inexplicable.
Tener un corazón en paz significa llevar una vida con gozo, tranquilidad, el saber que ante la adversidad que se nos presente, hay alguien mas poderoso (Ro. 8:31). También lo es el poder contentarme con lo que poseo para así poder empezar a prosperar. Humildad no significa 'pobreza' o no desear adquirir mas bienes para hacer mas confortable mi vida.
Un corazón en paz es una característica de aquella persona que nos impacta, que esta llena de amor para poder convivir con su prójimo, donde no existe lugar para el rencor o el creer que los demás hacen o se comportan de tal forma siendo nosotros su objetivo.
Un corazón en paz asimismo es donde no existe un amor fingido con vestimentas de santulon que nos hacen ver ante los demás como algo que no somos u como pequeños hombres ermitaños que viven aislados en realidades virtuales a las que con dar unos pasos hacia el costado nos topamos con ella. Nos brinda seguridad cada día al levantarnos, a cada paso que transitamos de que cada momento vivido es indefectiblemente 'en y bajo la voluntad de Dios'. Pues El, es el principio y el fin -la eternidad-, el que permite que haga o que llegue a tal lugar.
En fin, él es quien vivió lo que todavía yo no viví, por lo que me da confianza que aunque "muchos son los llamados y pocos los escogidos", si mi vida se rige por y para él, mi paz me asegura que no solo soy un llamado, sino también un escogido.
En fin, él es quien vivió lo que todavía yo no viví, por lo que me da confianza que aunque "muchos son los llamados y pocos los escogidos", si mi vida se rige por y para él, mi paz me asegura que no solo soy un llamado, sino también un escogido.
Dios no interferirá en nuestras decisiones pero nadie se haga problema por lo que viene 'el ya lo sabe'.
Por último en este proverbio que analizamos en este capitulo se nos manifiesta y revela que "No existe la envidia santa" -como algunos profesan por ahí-, ni siquiera el anhelar lo que los demás poseen para yo ponerlo como una meta a llegar a cumplir, tan solo por la simple razón que se trata de una 'envidia' disfrazada de santulonería u emprendedorismo. Mis metas deben ser puramente mías y deben tener como condimento, lo que yo quiero y para lo que me he preparado. Quita -RENUNCIA- a toda envidia en tu vida y veras fortalecer tus huesos.
Sin comentarios